viernes, 10 de enero de 2014

FUE DIFICIL VISITARTE

Hacía unos días me llamó mi amiga Rita, hacía mucho que no coincidíamos de ninguna manera, ni en la calle, ni en las redes, ni... en ningún sitio. 
Me dijo que se había cambiado de apartamento, que hiciese el favor de ir a su casa, me dio su nueva dirección, así que una tarde me acerqué a visitarla. Conocía la calle, el número del portal no lo recordaba bien, pero si el piso, el 3º-D, tratándose de Rita no podía ser otro sitio que no recordase a la tercera dimensión. 
Ante mis dudas en el número de su casa, la llamé, se oía fatal, solo entendí "te espero", decidí buscar en la calle portales que tuvieran 3º-D, eso reduciría la búsqueda, entre en varios, entraba, buscaba su nombre en el buzón y volvía a salir. 
Entré a uno, que por supuesto, no era el suyo, al ir a salir busqué el pulsador que abría la puerta, "¡si!, que parece que ultimamente están muy de moda", pues busqué por todo el portal, me recorrí todas las paredes un par de veces, pero no encontraba el susodicho botón, busqué una vez más está vez miré hasta en las zonas más alejadas, ¡vete tu a saber donde estará el pulsador!, me empecé a impacientar, "tiene que haber una forma de salir de aquí" si es necesario desmontaré la puerta, pensé.
La puerta tenía un par de cerrojillos que la fijaban arriba y abajo, si abría los cerrojos la podría abrir y salir de allí, en ello estaba cuando me fijo que allí, en medio de la puerta mimetizada con el mismo color, estaba la manilla que la abría, me reí de mi y me fui a buscar a Rita en el siguiente portal.

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